De cómo el queso llegó a Estados Unidos.

De cómo el queso llegó a Estados Unidos.

De acuerdo con los más antiguos registros, transmitidos a través de los siglos, la fabricación de queso data de hace más de 4.000 años.

En realidad, no nos engañemos, nadie sabe quién hizo el primer queso. Según una antigua leyenda, fue de manera accidental por un mercader árabe que puso la leche que quería transportar, en un viaje a través del desierto, y para su propio consumo, en una bolsa hecha del estómago de una oveja. El cuajo que permanecía en la bolsa, combinado con el calor del sol, causó que la leche se separese en cuajada y suero. Esa noche se encontró con que el suero podía satisfacer su sed, y que además, el queso (cuajada), tenía un sabor delicioso que pudo satisfacer su hambre. Se puede encontrar una situación mejor?

Se cree que los viajeros procedentes de Asia trajerón a Europa el arte de hacer queso. De hecho, el queso se hizo en muchas partes del Imperio Romano, cuando estaba en su apogeo. Durante la Edad Media, desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América, el queso fue producido y mejorado por los monjes que habitaban la mayoría de los monasterios por toda Europa. Por ejemplo, se conoce que el Gorgonzola se hizo en el valle del Po en Italia en el año 879 dC, e Italia se convirtió en uno de los centros queseros de Europa durante el siglo 10. Roquefort, por ejemplo, también fue mencionado en los antiguos documentos del monasterio en Conques, Francia, desde principios de 1070.

La industria quesera continuó floreciendo en Europa y se convirtió en un alimento común. Cristobal Colón, cuya familia disponía de un pequeño negocio de quesos, será la primera persona en introducir el queso el Las Americas en 1.492. La producción del queso en este continente se fue extendiendo paulatinamente pero hasta el siglo XIX se seguía produciendo exclusivamente de forma casera. No fue hasta 1851 en el que la primera fábrica de quesos se construyó en Estados Unidos por Jesse Williams en el condado de Oneida.

Como el crecimiento de la población en Estados Unidos fue espectacular esto hizo aumentar la demanda del queso y la industria se movió gradualmente hacia el oeste, centrado en las ricas tierras agrícolas de Wisconsin. En 1845, un grupo de inmigrantes suizos se estableció en Wisconsin y comenzó la fabricación de quesos de tipo europeo. La primera fábrica se creo en Limburger y abrió sus puertas en 1868.

Así, la industria del queso al por mayor nació y mostró un crecimiento fenomenal durante la última mitad de la década de 1800. En 1880 ya se fabricaban en Estados Unidos más  7,5 millones de kilos de queso, que en aquel tiempo.

Actualmente, más de un tercio de toda la leche producida cada año en los EE.UU. se utiliza para la fabricación de queso. Y sigue creciendo.

Fuente: IDFA